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Los lagos glaciares en alerta: SOS

Un estudio publicado en Nature Communications advierte que unos 15 millones de personas podrían estar amenazadas por las crecidas de lagos glaciares en todo el mundo. Dentro de estas personas, las más amenazadas por este peligro son las que habitan en aldeas y localidades de las altas montañas de los Andes y Asia.

Esta alerta tiene su nacimiento en los problemas que padece el medioambiente con el calentamiento global. Esto provoca una subida de temperaturas haciendo que aparezca el deshielo de los glaciares formando lagos debido al agua acumulada. Este fenómeno se conoce como GLOF, siglas en inglés que significan Glacial Lake Outburst Flood (vaciamiento repentino de un lago glacial). Los impactos ambientales hacen que la escasez de agua provoque la erosión del suelo limitando la calidad de vida global. La sostenibilidad es un concepto que debe estar presente en la sociedad como algo habitual. De esta manera se conseguirá mejorar la calidad de vida de todos los seres vivos que habitan en La Tierra.

Si ese deshielo rebasa los límites de las cuencas creadas por el glaciar, se formará un peligro natural en forma de inundaciones. Este problema debido al cambio climático impactará negativamente causando víctimas mortales sin olvidar los numerosos daños materiales y de infraestructuras.

Países que viven con el riesgo del deshielo de los glaciares

Algunos de los países que viven con el riesgo del deshielo de los glaciares son la India, Perú, China y Pakistán.

Según la experta Caroline Taylor los GLOF pueden tener consecuencias de gran alcance en el medioambiente y afirma que:

 “A escala local pueden provocar pérdidas de vidas, ganado, tierras de cultivo o propiedades, lo que tiene una evidente repercusión social y económica”

“A escala más amplia, además, pueden dañar las redes de transporte, los sistemas agrícolas y el turismo”

La experta en glaciares hizo evidente el problema del deshielo comentando que:

 “Existen pruebas de que entre 1900 y 2021 se produjeron unas 2.800 GLOF en todo el mundo”

Para dar evidencia a sus conclusiones sobre el tema de los GLOF, confirmó los siguientes datos:

“Los ejemplos incluyen la devastadora inundación del lago Chorabari, en 2013, sobre la población de Kedarnath (India) o el incidente de 2018 en Ishkoman Valley (Pakistán), que dañó 40 casas y causó pérdidas de ganado y activos físicos en el pueblo de Badswat”.

Inundaciones glaciares sin previo aviso

Cuando una presa natural falla, puede que aparezcan, sin previo aviso, las inundaciones glaciares.

Esta investigadora y experta recalca que este tipo de inundaciones son un “riesgo natural transfronterizo”. ¿Qué quiere decir con esto? Las devastadoras inundaciones van más allá del territorio donde suceden creando un desastre global con repercusiones sociales, económicas y medioambientales que podrían afectar a varios países.

Hasta ahora, los estudios estaban limitados a nivel local o regional pero, según la científica, estos estudios han ido más allá llegando a abarcar una escala mundial.

Taylor destaca con estos estudios que:

«Hoy podemos determinar qué países y qué cuencas fluviales deben considerarse prioritarios para realizar análisis más detallados y reducir los riesgos”.

En busca de soluciones: una urgencia de emergencia 

Uno de los primeros autores de este estudio afirmó que el tema de los GLOF puede producirse cuando una presa natural falla y no tiene por qué existir un aviso previo que lo indique.

Esta afirmación proviene de Thomas Robinson, profesor titular en la Escuela de Tierra y Medio Ambiente de la Universidad de Canterbury (Nueva Zelanda).

Además, Robinson afirma que:

«La continua pérdida de hielo y la expansión de los lagos glaciares debido al cambio climático muestran que las inundaciones por desbordamiento de lagos glaciares son un peligro natural de importancia mundial que requiere atención urgente para minimizar la pérdida de vidas humanas en el futuro».

Por otra parte, se ha hecho una proposición para paliar este problema de inundaciones que se llama “sistemas de alerta temprana” y está enfocado a ciertas comunidades y asentamientos situados río abajo. 

También hace mención a las personas que habitan cerca de estos glaciares y la problemática que supone la falta de tiempo para evacuar a la población si fuera necesario. Por ello, se añade a este estudio otra reflexión con cierta lógica indicando que:

“Pero para las personas que viven cerca de los lagos glaciares, a menos de 5 a 10 km, es poco probable que sean eficaces, ya que es poco probable que haya tiempo suficiente para activar la alerta y evacuar a la gente de forma segura antes de que llegue la inundación».

Limitar el cambio climático, esencial para reducir el riesgo 

Algunas soluciones que se plantean para paliar el riesgo pueden ser caras sin olvidar posibles respuestas traumáticas en las comunidades locales.

Taylor expone que:

“Limitar el cambio climático y mantener el calentamiento de la atmósfera por debajo de 1,5 grados centígrados constituyen las principales medidas, ya que contribuirán a ralentizar el crecimiento de los lagos glaciares y a evitar que el peligro siga incrementándose”.

Además, la investigadora sostiene que:

“tenemos que encontrar medidas eficaces para la población amenazada, trabajando con los gobiernos nacionales y regionales, así como con las propias comunidades”.

Ella misma, tras sus argumentos, lamenta la no existencia de una solución única capaz de reducir dicho riesgo. 

El trabajo en conjunto, la solución que minimiza los riesgos 

Ante esta situación, el experto Thomas Robinson incide en hacer hincapié en la colaboración con las administraciones públicas. De esta forma se conseguirá ayudar a identificar y explorar posibles opciones de mitigación con simulacros de evacuación y sistemas que alerten inundaciones tempranas. Según el experto, hay que trabajar de manera conjunta minimizando así el riesgo de las vidas humanas.

Pensamiento local: solución al problema GLOF 

Taylor asume que es difícil encontrar medidas asequibles y eficientes para poner solución al problema GLOF:

“Existen soluciones de ingeniería, como la instalación de compuertas para bajar manualmente el nivel de los lagos y controlar el flujo de agua, pero son caras y no garantizan la resolución del problema si, por ejemplo, se produjera un desprendimiento de tierras o una avalancha de hielo en el lago”.

La experta indica que sería necesario una regulación en el uso del suelo. De esta manera, se podría evitar construcciones y edificaciones en zonas de riesgo. También añade a su reflexión la posibilidad de reubicar a los habitantes a otra localización pero tras su estudio añade:

 “es cara y traumática para esas comunidades”.

Taylor concluye en que:

“Ninguna de estas opciones funcionará por sí sola, y lo que es apropiado y funciona en un lugar puede no funcionar en otro, por lo que ahora se trata realmente de mirar a escala local y encontrar las medidas apropiadas para las poblaciones amenazadas”.

Himalaya vs Los Andes: mismo problema GLOF con menor atención a la zona andina

Entre El Himalaya y Los Andes la única diferencia es que la atención vertida en la primera localización ha sido superior frente a los estudios realizados en la zona andina. Los estudios realizados entre el 2017 y 2021 han sido un 36% superior para la zona del Himalaya. Estos estudios enfocados en este emplazamiento no restan peligro al problema GLOF en los Andes ya que también se consideran un punto caliente a nivel local y global.

Tras este estudio minucioso sobre el tema GLOF, Robinson declara que:

«Mientras que la meseta asiática tiene el mayor potencial de impacto, destacamos la cordillera de los Andes, que afecta a la población que vive en Perú y Bolivia, en particular, como una región de preocupación con un riesgo similar».

Robinson alerta sobre ambas localizaciones destacando que:

“alrededor de un millón de personas viven a menos de 10 kilómetros de un lago glaciar”. Pero el número de estas masas de agua ha crecido un 37 % desde 1990, mientras que en los Andes ha aumentado en hasta un 93 %. “Perú tiene el tercer peligro más alto de inundación por desbordamiento de lagos glaciares a escala mundial”.

La región andina con indicadores de corrupción, pobreza y bajo nivel educativo se presenta como muy vulnerable

El estudio indica que las zonas con mayor peligro son las más habitadas ya que si disponen de pocos recursos para afrontar una emergencia no conseguirán socorrer a los habitantes y la catástrofe formará parte de sus problemas habituales.

En resumidas cuentas, el riesgo viene determinado por el número de habitantes de la región y su capacidad para hacer frente a las catástrofes.

Esto quiere decir que el peligro no depende de que un lago glaciar sea grande o tenga un crecimiento rápido. Existen zonas así pero con poca población por lo que son lugares potencialmente menos peligrosos que otros.

En la región andina, sus habitantes son muy vulnerables ante este tipo de catástrofes por sus infraestructuras, educación, pobreza y corrupción. Además, en otros lugares del mundo como Pakistán e India, la población es elevada y el peligro aumenta también.

En cambio, existen, según el estudio, países con glaciares pero el peligro es prácticamente inexistente. Un ejemplo de esos países con menor riesgo es Nueva Zelanda ya que además cuenta con menos población que otros y el peligro disminuye.

Ante esto, una de las reflexiones de Robinson argumenta que:

«Si se quiere comprender el riesgo, no basta con fijarse en el peligro, sino que hay que pensar dónde está la gente y hasta qué punto es vulnerable».

Robinson hace hincapié en el problema andino diciendo que:

«No podemos centrarnos en el Himalaya porque es la zona más visible e ignorar los riesgos que corren los Andes. Debemos asegurarnos de que tenemos en cuenta el panorama general y las zonas con mayor número de personas vulnerables».

Conclusiones sobre el riesgo de GLOF 

El cambio climático seguirá aumentando los glaciares y su extensión a lo largo del planeta.Los investigadores inciden en que hay que fomentar la investigación para evaluar las condiciones de los lagos, la exposición y la vulnerabilidad. De esta forma se podrá determinar el papel de cada uno de ellos en el riesgo de inundaciones.