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La bóveda del Fin del Mundo: la ayuda a la humanidad

Se trata de un banco de alimentos. Cada país dispone de uno. En este caso, la “Bóveda del Fin del Mundo”, también llamada la Bóveda Global de Semillas de Svalbard está situada a más de 150 metros de profundidad en el interior de una montaña de una isla remota entre Noruega y el Polo Norte.El diseño de esta bóveda se realizó para proyectar ayuda a la humanidad en tiempos de extrema necesidad. Gracias a este sistema se conseguirá, en parte, la protección y la conservación del medio ambiente ante efectos adversos debido al cambio climático. A través de la ecología y la sostenibilidad podremos sobrevivir y potenciar un mundo mejor.

Qué es la bóveda del Fin del Mundo

Ya hemos citado anteriormente que cada país tiene sus propios bancos de alimentos, es decir, un lugar donde se guardan muestras de semillas en previsión en caso de que por alguna causa o razón desaparecieran ciertos cultivos y no hubiera opción de reposición.

Estos bancos de semillas locales están repartidos por todo el mundo para salvaguardar la seguridad alimentaria a nivel global. En estos bancos hay variedades de plantas para que científicos y agricultores puedan hacer uso de las mismas y evitar que se pierdan los cultivos locales.

Svalbard: la Bóveda del Fin del Mundo

Svalbard se trata de un centro de bancos de semillas a nivel mundial. Gracias a este diseño se podrá recoger y almacenar cientos de miles de variedades. En Svalbard están casi todas las variedades de plantas que alguna vez han sido cultivadas por los seres humanos. Muchas de estas semillas se remontan a tiempos remotos de la agricultura por lo que la variedad es muy amplia.

A prueba de fallos y catástrofes

La Bóveda del Fin del Mundo es una instalación a pruebas de fallos y de otras catástrofes naturales (inundaciones, terremotos,…) o provocadas por el ser humano (contaminación, armas, guerras,…). Se trata de la mayor colección de biodiversidad de los cultivos existentes en el planeta.

Dentro de estas instalaciones existen más de 860.000 variedades de cultivos importantes de todo el mundo. Para entendernos mejor, la Bóveda del Fin del Mundo es una especie de “copia de seguridad” cuyo objetivo consiste en la protección de la humanidad y evitar que esta muera de hambre a consecuencia de desastres naturales, guerras y otros problemas ocasionados por el cambio climático. 

Primera apertura del banco de semillas

El 21 de septiembre de 2015, un grupo de funcionarios del banco de semillas ICARDA, en la ciudad siria de Aleppo solicitaron 116.000 muestras. Estas debían ser sacadas de Svalbard. El mundo entero conoció esta situación. La guerra de Siria hizo que el primer banco de semillas del mundo fuera trasladado a la ciudad de Beirut.

El propósito de la Bóveda de Semillas de Svalbard es la protección de la biodiversidad del planeta y la guerra hizo que una de esas colecciones de semillas fuera dañada aunque se logró restaurar posteriormente.

Responsables de Svalbard

Los responsables de este banco de semillas destacaron la tristeza que supuso la primera retirada de semillas de esta bóveda debido a un desastre provocado por la mano del hombre, la guerra de Siria, y no por un desastre natural.

ICARDA recuperó las variedades de cultivos que conservaba. Esto se tradujo como una noticia de aliento y tregua ante la posibilidad del cambio climático que cada día pone en mayor peligro al medio ambiente y a todo lo que habita en él.

La ubicación del banco de semillas en Siria tiene una explicación lógica. Este país fue el origen de los primeros indicios de la agricultura en la historia de la humanidad por eso el emplazamiento de este banco de semillas se hizo en este país de oriente.

En el fin del mundo existe un buen fin

La Bóveda del Fin del Mundo se hizo para asegurar la preservación de la vida de los seres humanos dentro de un planeta en el que el propio ser humano está destruyendo. Esto es algo complejo de entender ya que la triste realidad es así y es el propio humano el que está destruyendo el hábitat donde vive.

Hobbes acertó con su frase “homo homini lupus” aunque no toda la batalla está perdida. Debemos fomentar la sostenibilidad y la ayuda a la supervivencia del planeta aunque es verdad que las propias personas generan conflictos, contaminación y otros desastres provocados intencionadamente. Es difícil entender cómo el hombre destruye para crear después y sobrevivir a sus propias maldades.

La dualidad de criterios ha hecho que el ser humano tome decisiones y que, en muchas ocasiones, estas se han cobrado la vida de muchos millones de personas.Debemos reflexionar ante esta situación caótica ya que el ser humano destruye y construye a sus anchas sin pensar en las terribles consecuencias para la vida de la Tierra que supone todos estos conflictos humanos.